martes, 31 de agosto de 2010

Sentirse grumete

Justo cuando más contenta estaba por los resultados del perfil en Facebook nos topamos con una pequeña roca que le abre una brecha al este barquito de los sueños.
Cosas de novatos.
El domingo de tarde fuí a iniciar mi sesión en Facebook como todos los días y cuál fué mi sorpresa cuando me piden un número de teléfono para comprobar que soy una persona de carne y hueso. Cómo nunca jamás había oído que pideran algo semejante a ninguno de mis amigos, lógicamente, desconfié.
Así que no habíendo manera de quitar la dichosa pantallita decidí escribir un número falso. Quién sabe si no había un hacker detrás de todo esto.
Tras esta solución brillante, resulta que me pidieron un código de confirmación que me enviaron a "mi" teléfono. Qué decir que no lo puedo meter.
No sé cómo funciona Facebook a nivel de empresa, pero sólo sé que no me solucionan el problema y no hacen más que enviarme correos automatizados que no arreglan nada.

Con lo bien que iba todo no quiero tener que cambiar de perfil para poder continuar.

Así que me gustaría preguntaros a todos, mis queridos pasajeros, si sabéis cómo podría hacer para abrir mi sesión de una vez por todas y poder corresponderos como Dios manda en nuestro lugar de encuentro.

Muchas gracias por todo.

sábado, 28 de agosto de 2010

Embarcando amigos

Cuando me inicié en esta aventura y todo eran ideas en mi cabeza ya era algo emocionante, una meta en la vida, una manera de realizarme. Sin embargo, llegados a este punto en el que se empieza a materializar, no sólo es emocionante sino vertiginoso.

He de decir que Facebook realmente es algo increible. Nó sólo te ayuda a saber de gente que tenías un poco despistada, o a conocer un poquito mejor a personas que pueden vivir a pocos metros de tí, sino que te descubre todo un mundo de personas interesantes con las que poder compartir tus sueños.

Estoy más que alucinada y más que agradecida de la gran acogida que ha tenido el Cuélebre entre los "feisbukeros".  Hace 10 días que se inauguró este blog y el facebook y estamos a punto de cruzar la barrera de los 100 primeros amigos.

Me quito el sombrero ante vosotros.

jueves, 19 de agosto de 2010

Suban a bordo

Bienvenidos todos a este modesto diario en el que quiero compartir con vosotros las aventuras que me esperan en este emocionante viaje en el que me he embarcado: crear mi propia empresa. ¡Buf! Aún hoy me dan escalofríos sólo de pensarlo. Sacar las ideas absurdas de mi cabeza y hacerlas realidad parece cosa de superhéroes. Pero aquí estoy… a punto de zarpar.


Todo empezó el día en el que se me encogió el estómago imaginándome en mi “cómodo” trabajo por cuenta ajena cumplidos los cuarenta. ¡Qué horrible visión! Qué aburrida sería mi vida laboral. Sin expectativas de crecimiento, sumida en una rutina más que apática. Mis compañeros más veteranos no se daban cuenta de lo rápido que les pasaba el tiempo y se estaban empezando a encasillar. Había que huir de ese estado, buscar un plan B.


Cuando uno llega a esta situación tiene que dar una serie de pasos para convertirse en un emprendedor en ciernes.

Paso 1: Buscar un proyecto de futuro que te apasione.

Si ves que el Euromillón no acaba de llegar es el momento de pensar en tomar las riendas de tu vida. Crear una patente revolucionadora es una idea igualmente buena pero … se te tiene que ocurrir algo. ¿Por qué no montar tu propia empresa? Es difícil, es arriesgado, es de locos, pero si encuentras aquello que te hace feliz puede ser posible.

Y es que todo es posible en el mundo de los negocios, incluso alquilar gallinas…

Paso 2: Creer en tu proyecto

Hay que rodearse de aquellas personas que crean en ti, o al menos que así lo parezca, y huir de todas las críticas negativas. Refirmarse cada día mientras se cuece todo el proyecto en tu cabeza. Es muy fácil ilusionarse mucho y abandonar más tarde. De echo ser emprendedor significa formar parte del 5% de los locos y tercos que creen en su proyecto por encima de todo.

Paso 3: Elaborar un plan de viabilidad

Infórmate, estudia, empápate de todo lo que rodea la idea de tu negocio y piensa cómo lo puedes adaptar para que funcione.

Después reúne los datos necesarios para realizar el plan de viabilidad, documento indispensable para poner en marcha cualquier negocio… si se quiere llegar a buen puerto.


…En este punto es cuando te pueden empezar a temblar las piernas….


Afortunadamente me ha tocado vivir en una región en dónde tienes servicios gratuitos para emprendedores. En mi caso he ido a Cristasa, en La Calzada, en dónde hace casi un año ya realicé mi primer taller. Luego y con la inestimable ayuda de mi tutora, comencé a elaborar mi plan de viabilidad.

Como recalcaban en el taller, antes de tirarte a la piscina, tienes que asomarte para ver cuánta agua tiene. Si os digo lo diferente que era el proyecto original os podríais asombrar. Y es que elaborar un plan de viabilidad, por muy costoso que sea, no deja de ser una herramienta para aprender, ya que te ayuda a encaminar tus pasos por una senda más segura. Si llego a lanzarme a la piscina hace un año, cuando me decidí a ser empresaria, puede que me hubiera estrellado estrepitosamente.


Y en eso estoy aún, terminando la parte económica del plan de viabilidad. Fase en la que me he decidido a compartir mis experiencias con todos vosotros, puesto que sea como fuere, las cosas se están empezando a precipitar…mi idea, mi absurda idea, comienza cobrar vida…