jueves, 19 de agosto de 2010

Suban a bordo

Bienvenidos todos a este modesto diario en el que quiero compartir con vosotros las aventuras que me esperan en este emocionante viaje en el que me he embarcado: crear mi propia empresa. ¡Buf! Aún hoy me dan escalofríos sólo de pensarlo. Sacar las ideas absurdas de mi cabeza y hacerlas realidad parece cosa de superhéroes. Pero aquí estoy… a punto de zarpar.


Todo empezó el día en el que se me encogió el estómago imaginándome en mi “cómodo” trabajo por cuenta ajena cumplidos los cuarenta. ¡Qué horrible visión! Qué aburrida sería mi vida laboral. Sin expectativas de crecimiento, sumida en una rutina más que apática. Mis compañeros más veteranos no se daban cuenta de lo rápido que les pasaba el tiempo y se estaban empezando a encasillar. Había que huir de ese estado, buscar un plan B.


Cuando uno llega a esta situación tiene que dar una serie de pasos para convertirse en un emprendedor en ciernes.

Paso 1: Buscar un proyecto de futuro que te apasione.

Si ves que el Euromillón no acaba de llegar es el momento de pensar en tomar las riendas de tu vida. Crear una patente revolucionadora es una idea igualmente buena pero … se te tiene que ocurrir algo. ¿Por qué no montar tu propia empresa? Es difícil, es arriesgado, es de locos, pero si encuentras aquello que te hace feliz puede ser posible.

Y es que todo es posible en el mundo de los negocios, incluso alquilar gallinas…

Paso 2: Creer en tu proyecto

Hay que rodearse de aquellas personas que crean en ti, o al menos que así lo parezca, y huir de todas las críticas negativas. Refirmarse cada día mientras se cuece todo el proyecto en tu cabeza. Es muy fácil ilusionarse mucho y abandonar más tarde. De echo ser emprendedor significa formar parte del 5% de los locos y tercos que creen en su proyecto por encima de todo.

Paso 3: Elaborar un plan de viabilidad

Infórmate, estudia, empápate de todo lo que rodea la idea de tu negocio y piensa cómo lo puedes adaptar para que funcione.

Después reúne los datos necesarios para realizar el plan de viabilidad, documento indispensable para poner en marcha cualquier negocio… si se quiere llegar a buen puerto.


…En este punto es cuando te pueden empezar a temblar las piernas….


Afortunadamente me ha tocado vivir en una región en dónde tienes servicios gratuitos para emprendedores. En mi caso he ido a Cristasa, en La Calzada, en dónde hace casi un año ya realicé mi primer taller. Luego y con la inestimable ayuda de mi tutora, comencé a elaborar mi plan de viabilidad.

Como recalcaban en el taller, antes de tirarte a la piscina, tienes que asomarte para ver cuánta agua tiene. Si os digo lo diferente que era el proyecto original os podríais asombrar. Y es que elaborar un plan de viabilidad, por muy costoso que sea, no deja de ser una herramienta para aprender, ya que te ayuda a encaminar tus pasos por una senda más segura. Si llego a lanzarme a la piscina hace un año, cuando me decidí a ser empresaria, puede que me hubiera estrellado estrepitosamente.


Y en eso estoy aún, terminando la parte económica del plan de viabilidad. Fase en la que me he decidido a compartir mis experiencias con todos vosotros, puesto que sea como fuere, las cosas se están empezando a precipitar…mi idea, mi absurda idea, comienza cobrar vida…

6 comentarios:

Unknown dijo...

Mucha suerte!!!!!!

Miss P dijo...

Muchísima suerte!

Cuélebre dijo...

Muchas gracias chicos por vuestro apoyo.
Seguidme de cerca y seréis los primeros en descubrir los progresos de esta aventura.

Anónimo dijo...

Nosotros tambien te vamos a desear suerte.Sabemos que lo conseguiras y nosotros estaremos a tu lado para celebrarlo.Te queremos:Jlo y Sara

yolanda dijo...

Hacia delante con esa ilusión que poco a poco se va
haciendo realidad, al alcance de tu mano...los diseños cambian, evolucionan y en eso esta el reto la capacidad de ser flexible de ir adaptándolo. Lo conseguirás, es mas ya lo tienes. FELICIDADES.

Rebeca dijo...

A por ellos oeeee, a por ellos oeeee...
Mucha suerte y ánimo, que haciendo las cosas con cabeza y corazón como tú haces, tienen que salir bien a la fuerza.